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domingo

Reseña del libro "Mujeres malqueridas", Mariela Michelena

 En la semana en la que Ana María Matute, la gran mujer y maestra de las letras se ha ido y, en la que importantes novedades editoriales ´femeninas´ nos han saludado desde las estanterías, me aventuro a escribiros de "Mujeres malqueridas"

 Mujeres malqueridas (portada del libro)
 Las estadísticas dicen que cerca de 17.000 mujeres son maltratadas en España y que un centenar pierden su vida cada año. Mariela Michelena nos desgrana con inmenso acierto cómo, muchas personas, más mujeres que hombres pero, no por ello olvidamos al hombre malquerido, se convierten a diario en protagonistas de un mal amor.  

 Fieles a parejas intermitentes, amores prohibidos, 
no correspondidos, dependientes, enfermizos, controladores, amores sumisos, complacientes, amores destructivos.
Esos que aunque no sean físicamente peligrosos nos dejan el alma,  la confianza, la autoestima, hecha añicos. 
 En esta maravilla de apenas doscientas y pico páginas, podremos descubrir, cómo identificar estas situaciones y lo más preciado, cómo otros, hicieron frente y, ¡vivieron!

Verano, amor-desamor

No puedo más. 



Siento mucho tener que empezar así, no puedo más. 

Cuánto dolor sin ti. Cómo puede ser, que te encuentre y me sueltes.

Llevo dos meses en silencio, guardándome la voz porque así tú me lo pediste y hoy llego a este punto, en el que hace días que traspasé el límite y en el que mis dedos se aventuran a escribir, lentos, pesados, cansados, las palabras que taponan mi corazón.

Vuelvo a contarte mi sufrimiento con este silencio atroz, que me revuelve la cabeza y, que me devuelve de ti una imagen irreal, dejándome envuelta en una red en la que cada movimiento me sumerge más hacia un fondo oscuro, sin luz, del que sólo puedo salir si estoy quieta y así generar un círculo vicioso con tu silencio al que hoy digo basta, del que hoy me voy.

Aún no sé cómo hicimos para rescatar de nuestras almas heridas tanta magia, tanto sentimiento, en tan pocos días y con tan pocos encuentros…, aún sigo sorprendida por ti, por cómo fuiste conmigo, por cómo te sentí, por cómo casi te amé, sigo sorprendida por tantas lágrimas derramadas en el después, por la música de desamor que vivo a fuego en estos días.
Será por eso, que sigo en shock, por lo que aún no he sabido cómo salir de aquí.

Te amo por esto y por más

No te detuviste hasta encontrarme, resbalándote en el tiempo y en las ocasiones hasta conseguirlo. Indefensos ante el amor, flechazo de crecimiento, búsqueda a brazadas a través del espacio de la realidad y del deseo. 

Cuatro días. Para emocionarme, para esperarte, para relajarme y el cuarto para celebrarte. Mis cuatro días contigo. Tu piel dándome estabilidad, su calor tranquilizándome, calmándome. 
Compartirnos es un acto de amor como antes no había sentido.


Eres quien soñé junto a mí contagiando mi aire de risas, de besos y de poemas de luz.
Eres la fuente de serenidad y el caminante de mi paz.
Eres quien absorbe la suavidad de mi pelo, quien dibuja en mi piel ternura. 

Esperado el beso, saboreado el sexo, tu olor impregnando mis poros y el aire, denso, sujetando nuestro aliento. Extasiada la vida que emerge de nuestro abrazo se expande cómplice de los sentidos y alarga la posibilidad de, algún día, vernos en otro.   


Reseña del libro "El compositor de tormentas", Andrés Pascual

Sol, tus rayos no llegan a tocarme.                                                         Parpadean en la oscuridad como al principio                                                   y yo, Luna, derramaré lágrimas sobre el fruto.                                             ¿Qué eres tú sin mi caricia, 

y qué puedo hacer yo, sino gritar, si te apagas?

De la pérdida, de los descubrimientos y del reencuentro y como siempre de aventuras. París y Madagascar, y piratas con valores y de valores pisoteados, siempre, por los que más se creen tenerlos.

De admiración y decepción. De crueldad.

De la familia, la de sangre, y de familia, la que la vida te tiene reservada. Todos con sus sentimientos y sus miedos.

De indígenas y de esclavos.

De música, por supuesto, de su sensibilidad. La armonía de sus notas y el equilibrio con el instrumento. De órganos, orquestas, pentagramas y coros. De un violín y de las matronas de la voz.

Del mar y sus olas, sus sonidos  y sus tormentas.

"La besó largamente. Todo parecía alinearse, también en su vida". 
Un Andrés Pascual joven, no tanto en edad como Matthieu, pero sí en proceso creativo, en descubrimiento de su arte, de su prosa e igual de revelador que el joven violinista. 

Hoy, ya maduro con Edén, afinando sus palabras y convocándonos en sus viajes, de vuelta, a tierras lejanas. 



Cristina Losa para La estantería de Cristina L.

Gracias por tus palabras en "Publicar un comentario en la entrada", nos animan a seguir.

Llueve en Madrid

Bajo el mismo cielo, bajo la misma lluvia... 

Me parece increíble estar escuchándola como suena en el cristal de mi habitación,

sentada en la cama, sola, sin ti, sola en esta cama por primera vez desde que llegaste.


Casi inconsciente de la realidad, anestesiada frente al tiempo, aislada desde el dolor.

Suena como una canción, como un fondo de película, como una caricia de escritor.

Suena en mi tristeza, en tu comunicación, en mi añoranza, en nuestra ensoñación.


Solos, mis dedos, caminan alrededor de la luz que relata mi shock, solos, se estiran
intentando alcanzarte con las gotas resbalando dentro y fuera del calor.

¿Cómo puede ser que esté con esta nostalgia, con estos sentimientos tan intensos?



¿Cómo puede ser que esté aquí y tú no estés?
¿Cómo puede ser que no hayamos terminado de esperarnos, entendernos, explicarnos, enamorarnos..?